sábado, 28 de febrero de 2015

Solo

Un día radiante. Otro más. El sol baña con su luz la pradera rodeada de suaves colinas y arranca un blanco cegador a alguna que otra nube perdida en medio del azul eléctrico del cielo. Sólo que no es el sol. Bueno, sí, es un sol pero no el Sol, no el que iluminó los días que vieron surgir pacientemente a la Humanidad de la materia inerte allá en la vieja Tierra, pero a simple vista es indistinguible.
  Yo nunca he estado en la Tierra, claro, salvo en las simulaciones, tan vívidas como la realidad misma; por eso puedo comparar. Pero no lo añoro. Porque ese no es mi sol. Mi sol es este. Lo que sí añoro es la presencia de otros seres humanos, aunque, fuera de la realidad virtual, nunca haya visto ninguno. O tal vez por eso precisamente. Mi única compañía es Moisés, la IA del Arca, la nave sembradora que trajo aquí las instrucciones para recrear la Tierra, o algo similar a la Tierra, incluyendo a sus habitantes, hace ya varios siglos. Pero algo salió mal y lo que debería haber sido una colonia de cinco mil habitantes no es más que un pueblo fantasma habitado por una sola persona. Moisés no sabe o no quiere explicarme en qué consiste el fallo. Le he sugerido que tal vez yo pueda solucionarlo, pero la sola idea lo mata de risa. Si no fuera porque es una máquina diría que hay en él cierto aire de prepotencia, de creerse superior a un simple mortal como yo.
  Hoy he decidido adentrarme en un área inexplorada. A Moisés no le gusta que me aleje demasiado, ¿pero de qué sirve tener un planeta entero para uno solo si no puedes salir de una pequeña isla en mitad de un diminuto lago? Me he fabricado un kajak y he remado hasta la orilla a pesar de las protestas de Moisés. He atravesado un prado, una extensa llanura verde salpicada aquí y allá de ovejas blancas y vacas moteadas hasta alcanzar la linde de un bosque. Es la primera vez que veo un bosque. Fuera de una simulación quiero decir. Me dan miedo y no sé por qué. ¿Tal vez porque nuestros antepasados arbóreos se veían acosados continuamente por sus depredadores? Los bosques de la vieja Tierra debieron ser una vez lugares horribles donde habitaba el miedo.
  Pero la curiosidad vence tirando de mí hacia su interior y de pronto me envuelven las sombras. Troncos cubiertos de musgo que sostienen un techo cerrado de follaje por el que a duras penas se cuela algún furtivo rayo de sol, un sotobosque poblado de helechos y hongos, un suelo húmedo, olor a plantas en descomposición.
  No sé cuánto tiempo llevo aquí. He de volver, pues pronto anochecerá, y aunque la terraformación no incluye criaturas dañinas para el ser humano, no me apetece pasar aquí la noche. Hace un rato que tengo una extraña sensación. Algo que no sabría describir. Como si algo estuviese fuera de lugar. No sé. Es extraño. Empieza a refrescar, así que doy media vuelta para regresar a la orilla. El sendero es apenas distinguible, pero lo suficiente como para poder seguirlo con comodidad. Un momento... El sendero... ¿Por qué hay aquí un sendero? Los senderos se crean cuando alguien ha abierto camino en la espesura, y aunque si no se transitan la naturaleza vuelve a recuperar lo que era suyo, lleva su tiempo que la huella de su presencia desaparezca por completo. Lo sé porque en la realidad simulada aprendí a seguir rastros. ¿Así que era esto?, ¿o sea que no estoy solo? Pero entonces... ¿Moisés me ha mentido?
  De pronto el haz de la linterna tropieza con algo que me llama la atención. Parecen unas muescas en el tronco de un árbol. Aparto las helecheras, rasco un poco la capa de musgo y... ¡Son marcas! Como si alguien hubiese escrito algo grabando en la corteza con una navaja. Sí. Indudablemente son letras. Una frase pero por más que fuerzo la vista sólo soy capaz de intuir letras sueltas...

TH KAK S A IE

«Fin de la simulación».

8 comentarios:

  1. ¡Genial éste relato! En pocas palabras capta la atención y te deja pensando... ¿Para cuando subirás el resto de relatos que tienes?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola!
      Me alegra mucho que te haya gustado.
      Pues, después de tanto tiempo con el blog parado, me he propuesto sacar un relato al menos cada dos semanas. Veremos si lo consigo :)
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. A mi también me ha gustado. De hecho se está extendiendo en mi mente (imaginando la vida del protagonista y de las simulaciones) ya que daría para más este relato. Espero leer más cosas pronto. Un saludo Antonio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Roger! ¡Qué alegría que te sigas pasando por aquí! Influencia de Ready Player One, supongo. De hecho hay un par de guiños a dos de los videojuegos que más me gustan.
      Como digo en la respuesta al otro comentario, voy a agilizar el blog y a publicar con más frecuencia.
      ¡Un abrazo!

      Eliminar
    2. ¡Ojalá puedas ir publicando más cositas!
      ¿Qué tal está "Ready Player One"? He estado tentado varias veces en comprarlo pero no me he decidido.

      Eliminar
    3. A mí me gusta. A ver, no es Neal Stephenson pero se deja leer. Sobre todo es muy ochentero, y ese es el principal aliciente para los que pasamos la infancia o adolescencia en los 80. Si eres aficionado a los podcast, La biblioteca de Trántor le dedica un programa completo: https://labibliotecadetrantor.wordpress.com/2013/02/24/la-biblioteca-de-trantor-26-ready-player-one/
      Ya te digo, a mí me gusta. Una lectura ligera y muy entretenida.

      Eliminar
    4. Tendré en cuenta tu opinión. Gracias al blog además he descubierto la red social de "Ficción Científica" y está genial. Ya navego por allí a la busca de más relatos y novelas. ¿No te animas a publicar "Bifurcación" o alguna novela allí? Jeje

      Eliminar
    5. Sí, a mí también me sorprendió gratamente. El sitio está muy bien.
      Ya veremos. Todo se andará :)

      Eliminar

Se aceptan críticas (constructivas).